Algunos recordaréis la comedia "Fawlty Towers" de 1975 protagonizada por John Cleese. Hoy en día, algunas de las escenas quizás se considerarían "políticamente incorrectas" pero quiero recordar el episodio titulado "Los alemanes" y la frase que constantemente repetía Basil Fawlty a sus empleados "Don´t mention the war" (no mencionéis la guerra), para evitar molestar a un grupo de alemanes que iban a hospedarse en el hotel. Pero quizás hoy, si habría que recordar a los alemanes la guerra, no para hacerlos sentir culpables sino para que repasen los libros de historia y recuerden que en la posguerra los aliados fueron hasta cierto punto magnánimos y ayudaron en la reconstrucción del país. Solo un ejemplo: en 1953 se firmó un acuerdo (London Debt Agreement) entre Alemania y sus acreedores (entre los que figuraban Grecia y España) para refinanciar la deuda externa alemana incurrida entre 1919 y 1945 y se acordó condonar la mitad. También habría que recordar que en 2003 Alemania cerró el año con un déficit presupuestario del 4% del PIB en vez del 3% acordado por el Tratado de Maastricht y que pese a la oposición de la Comisión, el Consejo de Ministros de la UE no tomó medidas. La misma flexibilidad y comprensión debería mostrar Alemania hoy en relación a los países que están atravesando dificultades económicas extremas.
Ciertamente, algunos países europeos han cometido excesos y han estado viviendo por encima de sus posibilidades. En España, la burbuja inmobiliaria, los excesos de los políticos financiados a través de las Cajas de Ahorro y la corrupción están pasando factura. En Grecia, un endeudamiento facilitado en gran medida por los bancos alemanes también ha llevado al país a una situación dramática. No estoy proponiendo que se perdone deuda sino que la UE y particularmente Alemania sean más flexibles y más creativos a la hora de encontrar una solución. Parece que la UE tiene miedo de enfrentarse a la causa principal de la situación actual. La UE está siendo chantajeada por instituciones financieras que primero provocan la crisis y luego se erigen en defensores a ultranza de la consolidación fiscal; por instituciones financieras que no dudan en especular con la deuda de los países y así cobrar más y más intereses que eventualmente incrementan los déficits; por instituciones financieras que hacen todo esto con dinero público que ha servido para sanear sus maltrechos balances.
¿Es tan complicado tomar las medidas necesarias para que la UE salga de esta suerte de pesadilla Kafkiana? ¿Tanto cuesta tomar medidas contra la especulación?
La UE empezó como una institución destinada a prevenir una nueva guerra europea, se ha ido perfilando como una institución política donde, al menos en teoría, los estados miembros cedían soberanía a cambio de las ventajas derivadas de formar parte de la misma, pero lleva camino de convertirse en la Desunión Europea.