El Primer Ministro griego debe dimitir. Se equivocó al convocar el referéndum después de haber acordado las condiciones del plan de rescate de la U.E. y en política equivocaciones como esa se pagan caras.
Muchos observadores quizás argumenten que los mercados no pueden dictar la política de un país y mucho menos de la UE, pero esa es otra cuestión. Lo que ahora se discute es el hecho de que un país miembro de la U.E cumpla los compromisos adquiridos con el resto de los países miembros. El Sr. Papandréu es muy libre de consultar a los ciudadanos de Grecia, pero no lo puede hacer después de haber llegado a un acuerdo y haberse comprometido con sus socios europeos. Tal y como están los mercados - ya hablaremos otro día de este tema - no se puede poner en entredicho el funcionamiento de la U.E. La acción del Sr. Papandréu nos tiene a todos pensando que de seguir adelante la consulta y que la misma arroje un resultado negativo, Grecia tendría que abandonar el Euro y posiblemente la U.E. Ese escenario que era impensable hasta hace unos días - al menos dentro de la U.E - no parece tan descabellado. Grecia suspendería pagos y empezaría a negociar con sus acreedores. No se acabaría el mundo pero significaría, en las condiciones actuales, un alza considerable en la prima de riesgo de aquellos países que los mercados perciben con más riesgo como son Italia y España. No quiero ni pensarlo. Esperemos que los griegos entren en razón.
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